El profesional de la Salud se encuentra imputado por abuso sexual simple y puede recibir hasta 4 años de prisión.
por Sebastian Salas
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La Justicia confirmó el procesamiento de un psiquiatra por abuso sexual. El profesional está acusado de manosear el cuello y luego acosar telefónicamente a una de sus pacientes
La Cámara de Apelaciones en lo Criminal confirmó la elevación a juicio de la causa contra Salvador Mario Damico, de 65 años, que podría recibir de 6 meses a 4 años de prisión. Es decir, se trata de un delito que es excarcelable.
La denuncia fue radicada por una mujer de 30 años –se preserva su identidad- que se hizo atender por el médico ya que era uno de los prestadores de la obra social Omint. Si bien el hombre prestaba servicio en el Hospital Lagomaggiore -presentó su renuncia hace tiempo-, también tenía un consultorio privado en la Quinta Sección.
La paciente le manifestó a Damico que padecía reiterados dolores de cabeza y necesitaba saber si respondían a un cuadro neuronal o tensional, ya que solía sufrir ataques de pánico. En ese momento, según la acusación, el psiquiatra le realizó tocamientos en la zona del cuello.
Pero no fue eso lo único que perjudicó a la víctima, ya que también manifestó que el médico la estuvo llamando a su lugar de trabajo. Un testigo incluso confirmó que la mujer debió cambiar su número teléfono particular ante la insistencia.
Con el avance investigativo, Damico fue imputado y la causa fue elevada a juicio, aunque se opuso primero ante la jueza de Garantías María Alejandra Mauricio y ante la Cámara de Apelaciones, aunque en ambas instancias se confirmó el procesamiento.
A través de su abogado, el psiquiatra alegó que realizó el tacto en la zona cervical para intentar detectar el motivo que generaba el dolor de cabeza en la paciente. Con respecto a los llamados telefónicos, argumentó que «tuvieron como fundamento la preocupación por el estado de salud de la paciente».
Para rechazar sus apelaciones la Justicia se basó en la declaración y el informe de otro médico psiquiatra que intervino en el expediente. Este especialista dijo que era fácil suponer que los dolores de la cabeza de la víctima eran producidos por sus constantes ataques de pánico, por lo que la Justicia entendió que los tocamientos eran innecesarios, ya que el denunciado debía estar al tanto de esta explicación.
Por otro lado, varios testigos del trabajo de la víctima confirmaron la versión de los insistentes llamados telefónicos que realizaba Damico.
En tanto que el psiquiatra actuante y los profesionales del Cuerpo Médico Forense (CMF) confirmaron que el acusado tiene un conflicto en el área sexual y que para determinar el tipo debe realizar un tratamiento psicoterapéutico. El problema es que Damico, al ser un conocedor del tema, puede modificar su relato para obtener un fin ganancial.
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