La reinserción de los agresores sexuales

HORROR EN L´HOSPITALET La reinserción de los agresores sexuales
El violador en serie, enfermo sin tratamiento
La cárcel no rehabilita a estos agresores y los médicos no disponen de terapias eficaces para curarlos

Los psiquiatras no tienen modo de saber qué violadores van a reincidir y cuáles no al salir de la cárcel

JOSEP CORBELLA – 08/10/2004
Barcelona

«Un magistrado me dijo un día: ´De momento, que esté en la cárcel hasta que aprendáis cómo curarle´», explicó ayer el psiquiatra José Luis Macho al recordar el caso de un violador en serie juzgado hace unos años en Barcelona. La frase refleja que este tipo de agresores son, en el fondo, enfermos. Que los médicos no saben cómo ayudarlos. Y que la cárcel no los rehabilita, pero los retira de circulación. La triste realidad es que «no sabemos qué hacer con ellos», añadió Leopoldo Ortega-Monasterio, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Forense.

«La regulación de la conducta sexual es extremadamente compleja.No hay un único fallo neurológico que explique el comportamiento de los violadores», explica Xaro Sánchez, profesora de psiquiatría de la Universitat Autònoma (UAB). Un problema habitual es que «tienen el impulso sexual hiperactivado». Pero este impulso está regulado desde distintos puntos del cerebro, de modo que distintas averías pueden desembocar en el desenfreno. En muchos casos, además, los violadores son psicópatas -es decir, sienten escasa empatía ante el dolor ajeno-. Pero se puede ser violador sin ser psicópata, advierte Sánchez. Y la mayoría de los psicópatas no son violadores.

Se han intentado tratamientos de psicoterapia para reconducir la conducta de los violadores en serie y «no han dado buen resultado», explica Ortega-Monasterio. Más expectativas ha despertado la llamada castración química, que consiste en una terapia hormonal para inhibir la secreción de testosterona y reprimir la líbido. Pero en España estos tratamientos sólo pueden administrarse si el violador los solicita, informa el psiquiatra legal José Manuel Romacho.Yaunque los violadores en serie solicitaran ser castrados químicamente con un fármaco, «no es la panacea porque la sexualidad no sólo es el resultado de la acción de las hormonas, sino que tiene un importante componente simbólico», añade Ortega-Monasterio.

En el caso del agresor de las dos policías de Bellvitge, «la violación tiene un componente sádico. Si no, no se explica que las atara y las torturara», argumenta Alfredo Calcedo, psiquiatra legal y forense de la Universidad Complutense de Madrid. «La pregunta clave es si la muerte de las chicas fue instrumental, para no dejar testigos, o por placer sádico». Si fue por sadismo, «no hay posibilidad de rehabilitación porque forma parte de cómo está construida la personalidad del agresor».

¿Qué hacer, pues, con los violadores en serie? En el momento actual, no hay mejor opción que la cárcel, coinciden en señalar los psiquiatras forenses consultados por LaVanguardia. Cuantos más años de cárcel, añaden, menor probabilidad de reincidencia al recuperar la libertad. Pero no porque el violador se rehabilite entre rejas, sino por el simple motivo de que la secreción de testosterona se reduce con la edad. Una estadística de Estados Unidos señala, en este sentido, que la gran mayoría de las violaciones las cometen hombres de entre 25 y 44 años.

Queda el problema de los permisos para salir de la cárcel antes de que termine la condena, como el que tenía el presunto homicida de las policías de Bellvitge. Más de un 42% de los violadores reinciden durante los permisos penitenciarios, según datos aportados ayer por el psicólogo Javier Urra a la agencia Efe. «El problema -señala Ortega-Monasterio- es que no tenemos modo de saber quién va a reincidir y quién no».

Fuente: http://www.ikusbide.net/files/041008-000.htm

Deja un comentario